Aquí, mientras la jornada laboral se hace infinita
y los segundos parecen caer en un universo sin gravedad,
aquí me siento sola.
de un abrazo silencioso y sincero,
de que los sentimientos se deshagan
del ollo profundo de las débiles palabras
y se materialicen en la piel hasta abrigar los sentidos.
Cuando de pronto golpea el dolor punzante en el pecho.
Tristeza.
No hay grandes motivos,
es simplemente soledad.
es mi voluntad trasformándose en roca
en tanto siento la necesidad de molestar a alguien con mis problemas.
es solo que a veces duele
y se me deshace,
entre las buenas intenciones y el autocontrol,
la decisión de callar.
no es que los que me rodean sean indiferentes a lo que me sucede,
es que yo no soy capaz de abrir mi corazón a nadie,
es una discapacidad del alma.
es que internamente nadie esta tan profundo
como para que yo sienta la confianza para decir
que algo me duele y no me deja dormir.