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jueves, 1 de septiembre de 2022

Otoño eterno

De tanto en tanto esa parte de mi que nunca te deja, te regresa a mi mente... a mis sueños. 

Enfermo. 

Mi inconsciente adolece el presente, afiebra de recuerdos y alucina con caminos que mis pies olvidaron recorrer en un pasado aciago e infame. 

Pesadilla donde quebraré mi copa y dicha a cambio de un beso tuyo.

Donde rasgaré cicatrices y trofeos a cambio de una temporada de garbeo silencioso donde pueda verte sonreír. 

Donde tu voz se desdibuja de mis rocas, su eco no revolotea en mi mente y ya no desgarra mis ganas de cantar.  

¿Hasta donde llegará la cicatriz que marcaste en mi destino?

Vuelvo a sentir tu mano sobre mi soledad, triza mi cielo y nubla mi día. 

Despierto en mi realidad del deseo atado, de la pesada condena, de la vergüenza borrasca.

Te soñé como siempre otoño de mi vida, perdido en las trampas de mi mente, enredado en mi deseo oculto, donde nunca terminas de ahogarte y sobrevives aferrado a la ilusión. 

Siempre me alcanzas cuando más brilla mi sol, cuando más largo es mi día y cuando más cálida es mi briza... entonces de pronto mis hojas se debilitan, se marchitan, caen y no puedo retenerlas. Están a mis pies y solo puedo resignarme a verlas morir mientras espero tu viento. Ese que nuevamente las barrerá por calles olvidadas... donde veré las batallas por las que no luché, las heridas que no curé, la tormenta en la que no te cobijé y se enfría mi vida en el perdón que nunca pedí.