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viernes, 29 de julio de 2016

Dia 3

Paso mis días leyendo el canto de almas solitarias.
A veces entre sus palabras, siento que lloraron mi propia alma. Mis propias penas. Cobijo absurdo de una soledad que se ha calado por el umbral de mi puerta.
Me senté en el pórtico a pensar en el caudal de angustias del mundo y solo se que renació en mis ojos pintados de recuerdos, que blandió sobre mis cuerdas su daga y liberó el cuerpo inerte sobre una cama demasiado blanda.

Asida al llanto mudo.
Ya no tengo consuelo para la niña triste.